domingo, 31 de octubre de 2010

MOUSTROS Y PESADILLAS


A vueltas con la noche de los Fieles Difuntos, la Festividad de Todos los Santos y el dichoso Halloween, una ya no sabe que es lo que da más miedo de este fin de mes. Que nadie me entienda mal, que a mi lo de santificar las fiestas se me da divinamente y tengo como ídolo personal al Sombrerero Loco y su filosofía del "no cumpleaños", pero ya he llegado a una edad respetable y me empiezo a preocupar por el devenir de los acontecimientos. Y entonces leo un artículo de relleno de un dominical, como este que adjunto, donde la gente me cuenta cual es su monstruo favorito de la literatura clásica y una, que es muy egocéntrica, se pone en la piel de los encuestados y descubre lo siguiente:
* que de entre los no-muertos, mejor que a Drácula, me quedo con los combatientes de nuestra Guerra Civil de uno y otro bando, a los que nadie deja descansar en paz y que son usados como arma política cada vez que se acercan las elecciones (municipales, autonómicas, generales, europeas o interespaciales, ya da lo mismo). Me recuerda a aquella gran película de los Monty Phyton, "Los caballeros de la mesa cuadrada", en la que un hombre arrastraba un carro con los cadáveres de una epidemia de peste y recorría el pueblo gritando "traed vuestros muertos!!!". Pues eso, traed vuestros muertos, que si hablamos de los vivos igual se nos cae a todos la cara de verguenza.
*que no hay mejor Frankenstein que esta sociedad globalizada, montada con los trozos de culturas anacrónicas, donde se mezclan religiones y tradiciones con modas y tendencias, donde todo vale y nada importa porque lo "cool" es pasar de todo. Da igual que no sepas que es la Fiesta del Cordero o el significado de Ramadán, que creas que la Kábala y la Torá son lo mismo o que confundas las virtudes teologales con los pecados capitales, pero ándate con ojo con el vocabulario sexista, racista u homófobo. Vamos, que somos unos incultos, pero sin ofender a nadie.
*Y llegamos al Dr. Jekill y al Sr. Hyde,...and the winner is, como dicen en los Oscar, nuestras Entidades Territoriales favoritas, las estrellas de la Constitución Española de 1978 (mejor nos hubiese ido con la de 1812, que solo nos exigía ser "justos y benéficos"). Porque no hay mayor trastorno bipolar que aspirar a una unidad europea y salvaguardar cada costumbre del terruño, por ridícula que sea, aunque sólo la respetan cinco personas. Porque nada rompe tanto la unidad como resaltar las diferencias, porque hacen que España sea una cadena con diecisiete eslabones débiles, porque ya solo somos un país cuando juega la selección y gana.
No me extiendo más, porque hay muchos monstruos por aquí en esta noche de Halloween y no quiero tener pesadillas...
http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/1002/Queridos_monstruos