domingo, 12 de diciembre de 2010

MARCAS

Cuando empezaron a aparecer los primeros logos estampados en las prendas de vestir existían para identificar la calidad y el origen de la producción. Sin embargo, hoy en día la situación ha cambiado sin lugar a dudas, y las marcas tanto de ropa, como de coches, comida, electrodomésticos.... tienen una connotación diferente. Al comprar unos pantalones determinados se compra un modo de vida, una idea que previamente se han encargado de hacer apetitosa. La razón de ser hoy en día de las marcas, es para que las asociemos a una imagen atractiva que alcanzaremos, siempre y cuando, las consumamos.
Las marcas aparecieron cuando la producción en masa hizo que productos idénticos abarrotaran el mercado, necesitando de los logos para diferenciarse. También han influido en este auge las políticas de desregulación y privatización ya que, conforme se reducía el gasto público, entidades públicas y privadas, decidieron financiarse a través del patrocinio empresarial. Así que, gracias a la liberalización del comercio y a las reformas laborales, apareció un nuevo tipo de organización; la nueva visión es que la producción de bienes sólo es un aspecto secundario que la empresa delega a contratistas (mayoritariamente extranjeros), mientras la corporación en sí se enfoca exclusivamente en el marketing de marca. Nos encontramos que ésta es una construcción simbólica, que manipula toda la información y expectativas asociadas con el producto o servicio.
Como ya digo, se tiene la impresión de que la marca asociada a un producto o servicio tiene ciertas cualidades o características que lo hace especial, con cierto atractivo de calidad. Mediante monstruosas campañas de publicidad el dueño de la marca es capaz de convencer a miles de consumidores para que paguen precios bastante considerables por productos que son en realidad muy baratos de fabricar. Este proceso consiste en distorsionar la imagen con que se proyecta el producto de manera que el consumidor perciba que el precio del producto es justo por la cantidad que el anunciante estipula, en vez de pensar sobre la procedencia de la materia prima, el coste de fabricación y el de distribución. Es curioso observar como, cuando dos productos se parecen pero uno de los dos no está asociado a una marca, las personas suelen elegir los productos de las marcas más caras.

La activudad de las multinacionales tiene una repercusión importantísima en nuestras vidas. su comportamiento afecta tanto a los países avanzados como a los que están en vías de desarrollo. La creciente concentración de capital q través de fusiones de empresas, crea corporaciones más y más grandes, capaces de acaparar mercados y consumidores indiscriminadamente. En estas fusiones se pierden muchos empleos locales puesto que las corporaciones multinacionales se mueven desde sus países de origen en el "primer mundo", hacia el "tercer mundo", donde pueden pagar salarios menores, ofrecer condiciones de trabajo peores, hacer trabajar a sus empleados más horas...
El principal objetivo de una marca es obtener el máximo beneficio compitiendo con otras empresas que fabrican prácticamente el mismo bien. Para conseguir esto las multinacionales han desarrollado prácticas que cada vez más, están siendo criticadas y perseguidas. En los países desarrollados emplean sus reservas de dinero para suprimir las pequeñas tiendas independientes y así tener más cuota de mercado. Esto hace que tengan gran poder para decidir sobre qué artículos están de moda o no, y qué se puede comprar o no. A la sociedad comienzan a surgirle dudas respecto a los efectos que ejercen sobre las libertades y la vida pública. Por otro lado, como las empresas de éxito no emplean sus recursos en la fabricación, sino en la inversión en la marca (en el patrocinio, en la expansión y en la publicidad), en lugar de fabricar los productos en sucursales propias, externalizan la producción a subcontratistas de las zonas de libre comercio.
Así pues, en países subdesarrollados están apareciendo zonas que se convierten en grandes productoras de ropa, juguetes, de artículos electrónicos, de máquinas... Se fabrican los productos de las grandes marcas que serán consumidos en los países desarrollados, mientras se ignoran las pésimas condiciones de trabajo-vida. A las multinacionales les resulta muy económico porque cuentan con el apoyo de estos países que ofrecen exenciones tributarias, no pagar gravámenes de importación y exportación, no exigen sueldos con los que puedan al menos sobrevivir sus trabajadores, los recintos donde se trabaja a menudo no tienen  medidas de seguridad y, aunque en el país se reconozcan los derechos humanos, estas zonas están controladas militarmente.
En principio la creación de estas zonas se justificó porque atraerían a los inversionistas extranjeros, los cuales, si todo marchaba bien, decidirían quedarse en los países, impulsando el desarrollo y habría transferencia de tecnología e industria nacional. En éste sentido, los gobiernos de los países pobres ofrecen exenciones impositivas, leyes tolerantes y los servicios de las fuerzas armadas (siempre dispuestas a suprimir el descontento laboral), y compiten entre sí para ver cuál fija el salario más bajo. Sin embargo, la realidad es que estas fábricas no crean infraestructuras locales, los salarios de los trabajadores son muy bajos y sus derechos precarios, lo que implica que haya pocas posibilidades de que los obreros ganen lo suficiente para alimentarse de manera adecuada, y aún menos para estimular la economía local.
Mientras tanto, en los países desarrollados en el sector servicios han aparecido unos trabajos que son inestables, están mal pagados y son en su inmensa mayoría a tiempo parcial. Las empresas están haciendo crecer la economía, pero lo logran a través de la degradación del empleo y la pérdida de puestos de trabajo. Se centran solo en su beneficio, olvidándose de que están tratando con personas que necesitan un trabajo con unas condiciones minimamente decentes para vivir. Es cierto que una empresa debe tener ganancias para poder funcionar bien pero, ¿en verdad es necesario un margen de beneficio tan grande? Y sobre todo, ¿a dónde va a parar esa riqueza?
Detrás de una camiseta con un simple logo bordado se esconden unas relaciones de poder político y económico desmesurables. Deberíamos plantearnos si realmente la marca es tan importante como quieren que creamos y si merece la pena todas las prácticas de dudosa moral que realizan para convencernos. En este sentido, los ciudadanos empiezan a exigir que las empresas se responsabilicen socialmente, no es difícil darse cuenta de que las multinacionales han llegado a ser más grandes y poderosas que los gobiernos, de modo que deberían someterse a las mismas normas de responsabilidad y de transparencia que se exige a las instituciones públicas.

CRÍTICA A LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

Leyendo y buscando información para realizar un trabajo me he encontrado con que en el artículo tercero de la Ley del Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común de 1992 que “las Administraciones públicas sirven con objetividad los intereses generales y actúan de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la Constitución, a la Ley y al Derecho”. Se que no tengo todos los conocimientos adecuados, pero creo que este apartado es bastante utópico, además a continuación añade que deberán respetar en su actuación los principios de buena fe y confianza legítima. Sin embargo, no deja de sorprenderme e incluso, hacerme gracia.
Se habla de eficacia, mientras que en un rápido vistazo al organigrama de la Administración Central del Estado lo primero que se observa es una estructura en la que los órganos con funciones superiores y directivas (Ministerios, Consejo de Ministros, secretarios de Estado, Subsecretarios, Directores Generales…) carecen de capacidad real de actuación, pues la inmensa mayoría de sus funciones son de impulso, supervisión, inspección o control. Queda todo en manos de los servicios comunes ministeriales y de las administraciones territoriales. No puede haber eficacia cuando la toma de decisiones y la ejecución de las mismas está tan separadas y ha de atravesar una maraña de organismos.
Dentro de la cúpula del poder ejecutivo nos encontramos con un órganos más o menos eficaces. Son cargos ocupados por ex altos cargos (incluidos los expresidentes de Gobierno) con supuesta experiencia en el mundo de la política y la gestión pública. Son cargos vitalicios, en el que la productividad, la eficacia y la capacidad (que, inevitablemente, se van menguando con los años) parece que no se tienen en cuenta si se revisa el curriculum de ciertos representantes. Pagamos un sueldo, que no será de mileurista, a personas que “supuestamente” están en condiciones óptimas para asesorar al Gobierno por una experiencia pasada, mientras recortamos fondos en I+D y nos ponemos a la cola de la investigación científica y técnica.
Pasando a la Administración Periférica, encontramos las Delegaciones y Subdelegaciones de Gobierno y a las Direcciones Insulares, parece que se gana en eficacia. Aunque contando con 30 años de régimen de las autonomías y de Constitución Española, podrían ir mejorando estas instituciones. Bastaría una relación institucional del gobierno central con los gobiernos autonómicos, directa, sin intermediarios, en vez de tanta coordinación, control…
La administración autonómica tiene el mismo problema que la central, porque es el mismo modelo a menor escala: exceso de funcionarios con competencias directivas y escasez (en proporción) de los encargados de ejecutar y resolver. Pienso que el principal problema es la descentralización y la desconcentración, con esto sólo se consigue un trafico de competencias de la Administración Central a las Autonomicas (a unas sí, a otras no, a unas definitivamente, a otras temporalmente), con el consiguiente caos organizativo, legislativo y económico.
Por último, en relación con esos principios de buena fe y de confianza legítima, creo sinceramente que son una mera declaración de intenciones algo vagas, como aquel artículo de la Constitución de Cádiz que obligaba a los españoles a ser justos y benéficos. La mayor parte de las veces, las normas reguladoras de las Administraciones Públicas no hablan de servicio al ciudadano sino de esa idea vaga, imprecisa y polivalente de los “intereses generales” que no creo que sean los mismos a cada nivel de la función pública o en cada territorio. La organización y gestión no puede basarse en la buena fe, sino en una organización funcional, con una relación fluida entre sus partes y políticas bien definidas.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

EL MECANISMO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA


“El método científico consiste en recoger una serie de hechos para obtener leyes y conclusiones de orden más general” (C.Darwin). Cualquier observación es ya en sí misma un principio de análisis, pues lleva consigo una selección, unas comparaciones, deducciones... La tarea de la investigación científica consiste en descubrir la verdadera esencia de los fenómenos. Por tanto, la primera tarea de la investigación consiste en observar los hechos, en seleccionar los más significativos, en descubrir las relaciones que los unen entre si y en identificar en cada hecho concreto los aspectos más sustanciales. Después, hay que encajar los resultados en un esquema coherente, en el cual se llenan lagunas de la observación con supuestos hipotéticos más o menos justificados.

La segunda etapa es formular una hipótesis que explique el conjunto de los hechos. La cualidad más importante consiste en tener una fantasía creadora. Una capacidad para crear mentalmente imágenes subjetivas que no se observan  en la realidad, más tarde, esa imagen se irá modificando según la dirección deseada. La fantasía es lo que hace al hombre sujeto activo creativo junto con la intuición. Pero ambas deben estar controladas por una lógica férrea y rigurosa.

La tercera etapa es comprobar, mediante observaciones posteriores y experimentos, que las hipótesis formuladas corresponden a la realidad buscando nuevos hechos capaces de confirmar las hipótesis formuladas. La mayor o menor correspondencia de los hechos reales con las teorías formuladas es el único criterio para comprobar la verosimilitud de una determinada hipótesis. La cuarta y última etapa es modificar las hipótesis con los resultados de la comprobación. Es importante identificar los fenómenos sobre los cuales se quiere trabajar, este proceso consiste en: conceptualizar los contenidos y fijar sus elementos en conceptos para delimitar su identidad; la segunda buscar más objetos empíricos (hechos).

Los intentos de conceptualizar estimulan la búsqueda de más hechos, y los nuevos hechos descubiertos tienen que ordenarse y conceptualizarse a su vez. Así secuencia infinita. En definitiva, la ciencia nunca puede reducirse a la pura teoría abstracta, ni a la pura investigación empírica. Pero, ¿dónde ha de iniciarse la investigación?¿en la formulación teórica o en el análisis empírico? Antes de que se haya iniciado la formulación teórica, posee un bagaje de conocimientos y observaciones empíricas, ya que el investigador individual utiliza hechos observados y analizados por el mismo y también los hechos descubiertos por otros. Esto hace que nos acerquemos cada vez más a la verdad, “la verdad absoluta”, que se forma con el conjunto de verdades relativas.

De la lectura de éste texto podemos obtener que, toda ciencia tiene un objeto de investigación concreto (determinado sector de la realidad); toda ciencia utiliza un determinado método de investigación; al aplicar un determinado método a su objeto de investigación, da, en cada etapa del proceso, una determinada visión científica de la realidad. Mientras que el objeto de la investigación permanece relativamente estable, el método de investigación evoluciona y es enriquecido, la visión de la realidad que nos proporciona es un esquema en constante evolución, que únicamente representa una verdad relativa, nunca absoluta. El objeto de la ciencia es proporcionar una visión de la realidad cada vez más exacta que las anteriores.

CARACTERÍSTICAS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Según la definición de J. Schumpeter, es ciencia cualquier tipo de conocimiento que haya sido objeto de esfuerzos conscientes para perfeccionarlo; estos esfuerzos producen métodos y técnicas y un dominio de los hechos descubiertos por esas técnicas. Esto viene a significar que la finalidad del conocimiento y de la investigación científica consiste en descubrir las normas, las leyes del universo empírico y objetivo que rodea al hombre.

Explica que lo que busca el conocimiento científico son realidades objetivas, y lo hace siguiendo tres aspectos fundamentales: el primero es que debe proporcionar una descripción de esta realidad y explicarla al mismo tiempo. Debe reconstruir idealmente el esquema de desarrollo de la realidad. En segundo lugar el conocimiento científico no puede conformarse con una explicación cualquiera de la realidad, es decir, la realidad objetiva tiene que ser explicada a partir de ella misma, sin introducir nuevos elementos (creencias, ideologías, fe... todo aquello que existe al margen de la conciencia humana). En tercer lugar, éste conocimiento es únicamente una parte de la actividad humana, o lo que es lo mismo, el hombre desea conocer el mundo para poderlo modificarlo de acuerdo con sus exigencias y necesidades.

G. Longo defiende que el pensamiento y la acción (conocimiento y praxis) se condicionan mutuamente. La praxis requiere de una buena cognición de la realidad, en la cual el hombre se prepara para actuar. La actividad cogniscitiva de tratar de llegar a la cognición de lo real, lo que permitirá la futura acción. Así pues si conocemos la realidad surgirán los instrumentos técnicos que nos permitirán modificarla. Para que la praxis tenga éxito ha de ser una acción colectiva, mientras que la investigación tiene un carácter individual. El hombre puede coordinar su acción con la de sus semejantes, pero no puede coordinar su pensamiento con el de los demás. Sin embargo, tanto la acción colectiva como el pensamiento individual son fenómenos sociales. Así pues, el individuo, mediante el método científico, comprenderá conceptualmente las relaciones que existen entre los hechos, para más tarde, tener la oportunidad de cambiarlos.

martes, 23 de noviembre de 2010

GUERRA

Indagando sobre el horror de la guerra, una no puede evitar pensar en esa famosa frase de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra…pero es que son muchas más de dos!. Parece mentira que tras el convulso siglo que comienza con la liberación (a sangre y fuego) de las colonias americanas, la Revolución Francesa y la Revolución Rusa, que culmina en las dos Guerras Mundiales y la inescrutable Guerra Fría, aún haya conflictos armados en pleno siglo XXI. ¿Qué nos lleva a la aniquilación de pueblos, etnias y naciones enteras de forma periódica? ¿Qué hay en la naturaleza humana que nos impulsa a destruir antes de poder construir algo nuevo y mejor?
Investigando un poco en teorías antropológicas nos encontramos a muchos defensores de la guerra como instrumento de control demográfico: ante un exceso del grupo de población integrado por hombres jóvenes en edad productiva, surge la necesidad de hacer una criba por medio de la lucha armada. Sin embargo, el profesor de la Universidad de Michigan Frank Livingstone, afirmó categóricamente que “al considerar que estos sacrificios solo ocurren aproximadamente una vez por generación, parece inevitable la conclusión de que no tienen efecto alguno en el crecimiento o tamaño de la población”. En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, el número total de muertes provocadas por la guerra no superó el 10% de la población y un ligero incremento de la natalidad, unida a la disminución de la mortalidad infantil, palió sus efectos demográficos. La Guerra fría, por su parte, no causó bajas humanas, pero dio lugar graves repercusiones económicas. Todo esto nos lleva a pensar que la guerra en la Edad Contemporánea, no es una necesidad antropológica sino una cuestión económica y un hervidero de intereses creados.
  La industria armamentística ha dejado de ser un lobby o grupo de presión para ser un pilar en la economía de los países desarrollados. El G8, el club de los poderosos, obtiene un rendimiento económico reconocido por innegable de la proliferación armamentística en los países subdesarrollados y utiliza las llamadas “misiones de paz” como medios de control de daños y fuente de información para “regular” conflictos desde cómodos despachos perfectamente equipados. Cuando el asunto se les va de las manos, sacan de la manga la palabra mágica “genocidio” si están en África o “fundamentalismo”, si están en un país árabe y dan paso a los cascos azules de la ONU. Pero el beneficio económico ya se ha obtenido: la muerte tiene sus plusvalías si sabes gestionarla. 
Es difícil encontrar una solución al problema cuando nadie reconoce que existe, cuando se habla de motivaciones religiosas, de aspiraciones territoriales, de valores espirituales…es difícil frenar una idea, porque es intangible y, como tal, indestructible. Hasta que no reconozcamos todos (combatientes, instigadores y observadores) que la guerra es, hoy por hoy, un negocio, no se podrá erradicar. Tal vez la solución sea que los gobernantes de los países interesados recuperen esa práctica de los amerindios que habitaban el sur de Alaska, la Columbia Británica y el actual estado de Washington: cuando dos jefes se desafiaban, medían su poder por medio de una práctica de “despilfarro histérico” conocida como POTLACH (descrita por el antropólogo Marvin Harris en su libro “vacas, cerdos, guerras y brujas”) consistente en destruir más riqueza que el rival para demostrar poder, ganar seguidores y avergonzar al adversario; algunos llegaban a quemar su propia casa!. Al menos así se conseguirán dos cosas: la destrucción solo alcanzará a quien la provoque y la guerra respetará la mayor riqueza de este esquilmado planeta, la vida humana.

martes, 16 de noviembre de 2010

Frases hechas para momentos críticos

Hace unos días, una amiga mía rompió con su novio de toda la vida 8bueno, dos años es mucho tiempo). El chico era un imbécil integral, pero era su imbécil y se quedó bastante hecha polvo. Las amigas estábamos encantadas: la recuperábamos a ella y le perdíamos de vista a él...¿qué más se puede pedir?. No obstante, hicimos un esfuerzo por organizar un café de terapia psicológica en lugar de una fiesta salvaje con boys y nos reunímos en una cafetería a odrecerle nuestro apoyo y a escuchar todas juntas la crónica de la ruptura (aunque cada una la había oído, comentado y diseccionado por separado con la interesada). Y entonces, ocurrió algo insólito: ante las lágrimas de una amiga íntima, tres de las presentes dijeron lo siguiente:
Amiga 1 a la que conoce desde el Colegio: "verás cómo es para bien".
Amiga 2, compañera de clase con la que estudia cada examen en pijama: "estás mejor sin él".
Amiga 3, compañera de clase que no va a clase pero con quien sale de juerga cuando su chico la planta y que la ha visto en situaciones muy comprometidas sin publicar la más mínima insinuación en Facebook (esto ilustra un supremo grado de confianza y lealtad, a mi entender): "HAY MÁS PECES EN EL MAR".
No se cómo, cuando la situación entró en la fase de crísis seria, todas nos convertimos en ratones blancos de laboratorio que corren por un laberinto de frases hechas y tópicos, sin poder expresar lo que de verdad pensamos o sentimos porque, cuando las cosas se ponen feas, no se es sincero, se es políticamente correcto. Me encontré pensando en el funeral de mi abuelo, hace unos años, cuando cientos de desconocidos se acercaban a mi para decirme cosas como "ha sido una gran pérdida" (a mi me lo va a decir, que era su nieta!), "ha sido tan repentino" (bueno, tras cinco años de lucha contra el cancer, quimio, radio, trasplante de médula ósea y dos semanas enganchado a una bomba de morfina, yo no estaba muy sorprendida) o "ahora está en un sitio mejor" (con todos mis respetos hacia las creencias de cada uno, no sabe usted como cuidaba mi abuela a su marido!). Reconozco que hubo una frase original, propia de Huesca: "años de vida" (abreviatura de "años de vida para rezarle y recordarle" que te deséan los oscenses cuando muere un ser querido); pero no deja de ser una frase hecha para el momento del duelo. Yo quería anécdotas de los compañeros de trabajo, o una broma de mal gusto de un amigo cercano, o una crítica sutil de un enemigo, que más da! algo que haga diferente este funeral de otro!. Pero no se puede.
¿Por qué? ¿Por qué en los momentos de emotividad anulamos el raciocinio y recurrimos a la frase hecha? Haabrá quien diga que es por educación, por tradición...yo digo que es por miedo. Miedo a decir lo que piensas de verdad, a ser sincero y herir susceptibilidades, miedo a provocar reacciones adversas en gente que tiene limitada su capacidad social temporalmente. Y no solo en esos momentos, desde que nos levantamos (buenos días), hasta la noche, vivimos en una maraña de frases hechas y convenciones sociales que nos evitan pensar, equivocarnos, herir...es como un air bag para la vida. Por eso, cuando encontramos a alguien poco convencional, que dice lo que piensa, nos atráe inmediatamente...y luego nos repele. Alguien ha visto la serie House? Pues eso.

domingo, 31 de octubre de 2010

MOUSTROS Y PESADILLAS


A vueltas con la noche de los Fieles Difuntos, la Festividad de Todos los Santos y el dichoso Halloween, una ya no sabe que es lo que da más miedo de este fin de mes. Que nadie me entienda mal, que a mi lo de santificar las fiestas se me da divinamente y tengo como ídolo personal al Sombrerero Loco y su filosofía del "no cumpleaños", pero ya he llegado a una edad respetable y me empiezo a preocupar por el devenir de los acontecimientos. Y entonces leo un artículo de relleno de un dominical, como este que adjunto, donde la gente me cuenta cual es su monstruo favorito de la literatura clásica y una, que es muy egocéntrica, se pone en la piel de los encuestados y descubre lo siguiente:
* que de entre los no-muertos, mejor que a Drácula, me quedo con los combatientes de nuestra Guerra Civil de uno y otro bando, a los que nadie deja descansar en paz y que son usados como arma política cada vez que se acercan las elecciones (municipales, autonómicas, generales, europeas o interespaciales, ya da lo mismo). Me recuerda a aquella gran película de los Monty Phyton, "Los caballeros de la mesa cuadrada", en la que un hombre arrastraba un carro con los cadáveres de una epidemia de peste y recorría el pueblo gritando "traed vuestros muertos!!!". Pues eso, traed vuestros muertos, que si hablamos de los vivos igual se nos cae a todos la cara de verguenza.
*que no hay mejor Frankenstein que esta sociedad globalizada, montada con los trozos de culturas anacrónicas, donde se mezclan religiones y tradiciones con modas y tendencias, donde todo vale y nada importa porque lo "cool" es pasar de todo. Da igual que no sepas que es la Fiesta del Cordero o el significado de Ramadán, que creas que la Kábala y la Torá son lo mismo o que confundas las virtudes teologales con los pecados capitales, pero ándate con ojo con el vocabulario sexista, racista u homófobo. Vamos, que somos unos incultos, pero sin ofender a nadie.
*Y llegamos al Dr. Jekill y al Sr. Hyde,...and the winner is, como dicen en los Oscar, nuestras Entidades Territoriales favoritas, las estrellas de la Constitución Española de 1978 (mejor nos hubiese ido con la de 1812, que solo nos exigía ser "justos y benéficos"). Porque no hay mayor trastorno bipolar que aspirar a una unidad europea y salvaguardar cada costumbre del terruño, por ridícula que sea, aunque sólo la respetan cinco personas. Porque nada rompe tanto la unidad como resaltar las diferencias, porque hacen que España sea una cadena con diecisiete eslabones débiles, porque ya solo somos un país cuando juega la selección y gana.
No me extiendo más, porque hay muchos monstruos por aquí en esta noche de Halloween y no quiero tener pesadillas...
http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/1002/Queridos_monstruos