miércoles, 8 de diciembre de 2010

EL MECANISMO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA


“El método científico consiste en recoger una serie de hechos para obtener leyes y conclusiones de orden más general” (C.Darwin). Cualquier observación es ya en sí misma un principio de análisis, pues lleva consigo una selección, unas comparaciones, deducciones... La tarea de la investigación científica consiste en descubrir la verdadera esencia de los fenómenos. Por tanto, la primera tarea de la investigación consiste en observar los hechos, en seleccionar los más significativos, en descubrir las relaciones que los unen entre si y en identificar en cada hecho concreto los aspectos más sustanciales. Después, hay que encajar los resultados en un esquema coherente, en el cual se llenan lagunas de la observación con supuestos hipotéticos más o menos justificados.

La segunda etapa es formular una hipótesis que explique el conjunto de los hechos. La cualidad más importante consiste en tener una fantasía creadora. Una capacidad para crear mentalmente imágenes subjetivas que no se observan  en la realidad, más tarde, esa imagen se irá modificando según la dirección deseada. La fantasía es lo que hace al hombre sujeto activo creativo junto con la intuición. Pero ambas deben estar controladas por una lógica férrea y rigurosa.

La tercera etapa es comprobar, mediante observaciones posteriores y experimentos, que las hipótesis formuladas corresponden a la realidad buscando nuevos hechos capaces de confirmar las hipótesis formuladas. La mayor o menor correspondencia de los hechos reales con las teorías formuladas es el único criterio para comprobar la verosimilitud de una determinada hipótesis. La cuarta y última etapa es modificar las hipótesis con los resultados de la comprobación. Es importante identificar los fenómenos sobre los cuales se quiere trabajar, este proceso consiste en: conceptualizar los contenidos y fijar sus elementos en conceptos para delimitar su identidad; la segunda buscar más objetos empíricos (hechos).

Los intentos de conceptualizar estimulan la búsqueda de más hechos, y los nuevos hechos descubiertos tienen que ordenarse y conceptualizarse a su vez. Así secuencia infinita. En definitiva, la ciencia nunca puede reducirse a la pura teoría abstracta, ni a la pura investigación empírica. Pero, ¿dónde ha de iniciarse la investigación?¿en la formulación teórica o en el análisis empírico? Antes de que se haya iniciado la formulación teórica, posee un bagaje de conocimientos y observaciones empíricas, ya que el investigador individual utiliza hechos observados y analizados por el mismo y también los hechos descubiertos por otros. Esto hace que nos acerquemos cada vez más a la verdad, “la verdad absoluta”, que se forma con el conjunto de verdades relativas.

De la lectura de éste texto podemos obtener que, toda ciencia tiene un objeto de investigación concreto (determinado sector de la realidad); toda ciencia utiliza un determinado método de investigación; al aplicar un determinado método a su objeto de investigación, da, en cada etapa del proceso, una determinada visión científica de la realidad. Mientras que el objeto de la investigación permanece relativamente estable, el método de investigación evoluciona y es enriquecido, la visión de la realidad que nos proporciona es un esquema en constante evolución, que únicamente representa una verdad relativa, nunca absoluta. El objeto de la ciencia es proporcionar una visión de la realidad cada vez más exacta que las anteriores.

CARACTERÍSTICAS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Según la definición de J. Schumpeter, es ciencia cualquier tipo de conocimiento que haya sido objeto de esfuerzos conscientes para perfeccionarlo; estos esfuerzos producen métodos y técnicas y un dominio de los hechos descubiertos por esas técnicas. Esto viene a significar que la finalidad del conocimiento y de la investigación científica consiste en descubrir las normas, las leyes del universo empírico y objetivo que rodea al hombre.

Explica que lo que busca el conocimiento científico son realidades objetivas, y lo hace siguiendo tres aspectos fundamentales: el primero es que debe proporcionar una descripción de esta realidad y explicarla al mismo tiempo. Debe reconstruir idealmente el esquema de desarrollo de la realidad. En segundo lugar el conocimiento científico no puede conformarse con una explicación cualquiera de la realidad, es decir, la realidad objetiva tiene que ser explicada a partir de ella misma, sin introducir nuevos elementos (creencias, ideologías, fe... todo aquello que existe al margen de la conciencia humana). En tercer lugar, éste conocimiento es únicamente una parte de la actividad humana, o lo que es lo mismo, el hombre desea conocer el mundo para poderlo modificarlo de acuerdo con sus exigencias y necesidades.

G. Longo defiende que el pensamiento y la acción (conocimiento y praxis) se condicionan mutuamente. La praxis requiere de una buena cognición de la realidad, en la cual el hombre se prepara para actuar. La actividad cogniscitiva de tratar de llegar a la cognición de lo real, lo que permitirá la futura acción. Así pues si conocemos la realidad surgirán los instrumentos técnicos que nos permitirán modificarla. Para que la praxis tenga éxito ha de ser una acción colectiva, mientras que la investigación tiene un carácter individual. El hombre puede coordinar su acción con la de sus semejantes, pero no puede coordinar su pensamiento con el de los demás. Sin embargo, tanto la acción colectiva como el pensamiento individual son fenómenos sociales. Así pues, el individuo, mediante el método científico, comprenderá conceptualmente las relaciones que existen entre los hechos, para más tarde, tener la oportunidad de cambiarlos.

martes, 23 de noviembre de 2010

GUERRA

Indagando sobre el horror de la guerra, una no puede evitar pensar en esa famosa frase de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra…pero es que son muchas más de dos!. Parece mentira que tras el convulso siglo que comienza con la liberación (a sangre y fuego) de las colonias americanas, la Revolución Francesa y la Revolución Rusa, que culmina en las dos Guerras Mundiales y la inescrutable Guerra Fría, aún haya conflictos armados en pleno siglo XXI. ¿Qué nos lleva a la aniquilación de pueblos, etnias y naciones enteras de forma periódica? ¿Qué hay en la naturaleza humana que nos impulsa a destruir antes de poder construir algo nuevo y mejor?
Investigando un poco en teorías antropológicas nos encontramos a muchos defensores de la guerra como instrumento de control demográfico: ante un exceso del grupo de población integrado por hombres jóvenes en edad productiva, surge la necesidad de hacer una criba por medio de la lucha armada. Sin embargo, el profesor de la Universidad de Michigan Frank Livingstone, afirmó categóricamente que “al considerar que estos sacrificios solo ocurren aproximadamente una vez por generación, parece inevitable la conclusión de que no tienen efecto alguno en el crecimiento o tamaño de la población”. En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, el número total de muertes provocadas por la guerra no superó el 10% de la población y un ligero incremento de la natalidad, unida a la disminución de la mortalidad infantil, palió sus efectos demográficos. La Guerra fría, por su parte, no causó bajas humanas, pero dio lugar graves repercusiones económicas. Todo esto nos lleva a pensar que la guerra en la Edad Contemporánea, no es una necesidad antropológica sino una cuestión económica y un hervidero de intereses creados.
  La industria armamentística ha dejado de ser un lobby o grupo de presión para ser un pilar en la economía de los países desarrollados. El G8, el club de los poderosos, obtiene un rendimiento económico reconocido por innegable de la proliferación armamentística en los países subdesarrollados y utiliza las llamadas “misiones de paz” como medios de control de daños y fuente de información para “regular” conflictos desde cómodos despachos perfectamente equipados. Cuando el asunto se les va de las manos, sacan de la manga la palabra mágica “genocidio” si están en África o “fundamentalismo”, si están en un país árabe y dan paso a los cascos azules de la ONU. Pero el beneficio económico ya se ha obtenido: la muerte tiene sus plusvalías si sabes gestionarla. 
Es difícil encontrar una solución al problema cuando nadie reconoce que existe, cuando se habla de motivaciones religiosas, de aspiraciones territoriales, de valores espirituales…es difícil frenar una idea, porque es intangible y, como tal, indestructible. Hasta que no reconozcamos todos (combatientes, instigadores y observadores) que la guerra es, hoy por hoy, un negocio, no se podrá erradicar. Tal vez la solución sea que los gobernantes de los países interesados recuperen esa práctica de los amerindios que habitaban el sur de Alaska, la Columbia Británica y el actual estado de Washington: cuando dos jefes se desafiaban, medían su poder por medio de una práctica de “despilfarro histérico” conocida como POTLACH (descrita por el antropólogo Marvin Harris en su libro “vacas, cerdos, guerras y brujas”) consistente en destruir más riqueza que el rival para demostrar poder, ganar seguidores y avergonzar al adversario; algunos llegaban a quemar su propia casa!. Al menos así se conseguirán dos cosas: la destrucción solo alcanzará a quien la provoque y la guerra respetará la mayor riqueza de este esquilmado planeta, la vida humana.

martes, 16 de noviembre de 2010

Frases hechas para momentos críticos

Hace unos días, una amiga mía rompió con su novio de toda la vida 8bueno, dos años es mucho tiempo). El chico era un imbécil integral, pero era su imbécil y se quedó bastante hecha polvo. Las amigas estábamos encantadas: la recuperábamos a ella y le perdíamos de vista a él...¿qué más se puede pedir?. No obstante, hicimos un esfuerzo por organizar un café de terapia psicológica en lugar de una fiesta salvaje con boys y nos reunímos en una cafetería a odrecerle nuestro apoyo y a escuchar todas juntas la crónica de la ruptura (aunque cada una la había oído, comentado y diseccionado por separado con la interesada). Y entonces, ocurrió algo insólito: ante las lágrimas de una amiga íntima, tres de las presentes dijeron lo siguiente:
Amiga 1 a la que conoce desde el Colegio: "verás cómo es para bien".
Amiga 2, compañera de clase con la que estudia cada examen en pijama: "estás mejor sin él".
Amiga 3, compañera de clase que no va a clase pero con quien sale de juerga cuando su chico la planta y que la ha visto en situaciones muy comprometidas sin publicar la más mínima insinuación en Facebook (esto ilustra un supremo grado de confianza y lealtad, a mi entender): "HAY MÁS PECES EN EL MAR".
No se cómo, cuando la situación entró en la fase de crísis seria, todas nos convertimos en ratones blancos de laboratorio que corren por un laberinto de frases hechas y tópicos, sin poder expresar lo que de verdad pensamos o sentimos porque, cuando las cosas se ponen feas, no se es sincero, se es políticamente correcto. Me encontré pensando en el funeral de mi abuelo, hace unos años, cuando cientos de desconocidos se acercaban a mi para decirme cosas como "ha sido una gran pérdida" (a mi me lo va a decir, que era su nieta!), "ha sido tan repentino" (bueno, tras cinco años de lucha contra el cancer, quimio, radio, trasplante de médula ósea y dos semanas enganchado a una bomba de morfina, yo no estaba muy sorprendida) o "ahora está en un sitio mejor" (con todos mis respetos hacia las creencias de cada uno, no sabe usted como cuidaba mi abuela a su marido!). Reconozco que hubo una frase original, propia de Huesca: "años de vida" (abreviatura de "años de vida para rezarle y recordarle" que te deséan los oscenses cuando muere un ser querido); pero no deja de ser una frase hecha para el momento del duelo. Yo quería anécdotas de los compañeros de trabajo, o una broma de mal gusto de un amigo cercano, o una crítica sutil de un enemigo, que más da! algo que haga diferente este funeral de otro!. Pero no se puede.
¿Por qué? ¿Por qué en los momentos de emotividad anulamos el raciocinio y recurrimos a la frase hecha? Haabrá quien diga que es por educación, por tradición...yo digo que es por miedo. Miedo a decir lo que piensas de verdad, a ser sincero y herir susceptibilidades, miedo a provocar reacciones adversas en gente que tiene limitada su capacidad social temporalmente. Y no solo en esos momentos, desde que nos levantamos (buenos días), hasta la noche, vivimos en una maraña de frases hechas y convenciones sociales que nos evitan pensar, equivocarnos, herir...es como un air bag para la vida. Por eso, cuando encontramos a alguien poco convencional, que dice lo que piensa, nos atráe inmediatamente...y luego nos repele. Alguien ha visto la serie House? Pues eso.

domingo, 31 de octubre de 2010

MOUSTROS Y PESADILLAS


A vueltas con la noche de los Fieles Difuntos, la Festividad de Todos los Santos y el dichoso Halloween, una ya no sabe que es lo que da más miedo de este fin de mes. Que nadie me entienda mal, que a mi lo de santificar las fiestas se me da divinamente y tengo como ídolo personal al Sombrerero Loco y su filosofía del "no cumpleaños", pero ya he llegado a una edad respetable y me empiezo a preocupar por el devenir de los acontecimientos. Y entonces leo un artículo de relleno de un dominical, como este que adjunto, donde la gente me cuenta cual es su monstruo favorito de la literatura clásica y una, que es muy egocéntrica, se pone en la piel de los encuestados y descubre lo siguiente:
* que de entre los no-muertos, mejor que a Drácula, me quedo con los combatientes de nuestra Guerra Civil de uno y otro bando, a los que nadie deja descansar en paz y que son usados como arma política cada vez que se acercan las elecciones (municipales, autonómicas, generales, europeas o interespaciales, ya da lo mismo). Me recuerda a aquella gran película de los Monty Phyton, "Los caballeros de la mesa cuadrada", en la que un hombre arrastraba un carro con los cadáveres de una epidemia de peste y recorría el pueblo gritando "traed vuestros muertos!!!". Pues eso, traed vuestros muertos, que si hablamos de los vivos igual se nos cae a todos la cara de verguenza.
*que no hay mejor Frankenstein que esta sociedad globalizada, montada con los trozos de culturas anacrónicas, donde se mezclan religiones y tradiciones con modas y tendencias, donde todo vale y nada importa porque lo "cool" es pasar de todo. Da igual que no sepas que es la Fiesta del Cordero o el significado de Ramadán, que creas que la Kábala y la Torá son lo mismo o que confundas las virtudes teologales con los pecados capitales, pero ándate con ojo con el vocabulario sexista, racista u homófobo. Vamos, que somos unos incultos, pero sin ofender a nadie.
*Y llegamos al Dr. Jekill y al Sr. Hyde,...and the winner is, como dicen en los Oscar, nuestras Entidades Territoriales favoritas, las estrellas de la Constitución Española de 1978 (mejor nos hubiese ido con la de 1812, que solo nos exigía ser "justos y benéficos"). Porque no hay mayor trastorno bipolar que aspirar a una unidad europea y salvaguardar cada costumbre del terruño, por ridícula que sea, aunque sólo la respetan cinco personas. Porque nada rompe tanto la unidad como resaltar las diferencias, porque hacen que España sea una cadena con diecisiete eslabones débiles, porque ya solo somos un país cuando juega la selección y gana.
No me extiendo más, porque hay muchos monstruos por aquí en esta noche de Halloween y no quiero tener pesadillas...
http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/1002/Queridos_monstruos